Muchas empresas prefieren escoger un traductor automático en vez de acudir a un traductor profesional o a una agencia de traducción. Sin embargo, la traducción automática puede representar un verdadero peligro, en particular para los vendedores e-commerce. Te explicamos por qué.
Traducción automática: errores de comprensión y contrasentidos
En los últimos años, los traductores automáticos han experimentado importantes mejoras. Sin embargo, ninguna máquina puede alcanzar el mismo nivel de comprensión del texto original que un traductor humano.
En efecto, la lengua es una ciencia precisa cuyas sutilezas solo las puede entender un cerebro humano.
Es el caso de las expresiones idiomáticas. Por ejemplo, en inglés, la expresión «a piece of cake» se usa para explicar que algo es muy fácil de hacer. El resultado que ofrecen los traductores automáticos es bastante divertido.
Ejemplo de contrasentido de una traducción automática
La traducción técnica es otro ejemplo. Los traductores automáticos proponen una traducción genérica para cada término, sin tomar en cuenta el contexto de la frase ni el sector en el que se usarán.
Si por ejemplo vendes artículos de ciclismo, la traducción automática podrá ocasionar importantes problemas terminológicos. El término técnico «fork» en inglés se refiere à la horquilla de la bici. Sin embargo, el primer sentido de la palabra es «tenedor». Sin contexto, un traductor automático no es capaz de distinguir los dos términos:
Ejemplo de una mala traducción técnica automática
La importancia del aspecto cultural y de la transcreación en la traducción
Si los contenidos que quieres traducir tienen un carácter cultural, los traductores automáticos no serán capaces de adaptarlos a la cultura de los idiomas a los que quieres traducir.
Por ejemplo, en un contexto de marketing, la publicidad no tendrá las mismas consecuencias y hasta podrá resultar completamente ineficaz si no se adapta a la cultura del país objetivo.
Además, es muy probable que tus textos contengan elementos locales. Ten en cuenta que las medidas en centímetros se tendrán que convertir en pulgadas y los euros en dólares si quieres incorporarte al mercado estadounidense.
La traducción automática no realiza esas conversiones y el resultado podrá ser totalmente incomprensible para tu nuevo público.
La importancia del estilo
Las máquinas aún están muy lejos de poder imitar el estilo de un traductor. En efecto, la traducción no solo consiste en trasladar palabras de un idioma a otro. Es un verdadero trabajo creativo en el que puede ser necesario alejarse un poco del texto original para producir una traducción fluida en el idioma de destino.
Este aspecto es particularmente importante en el caso de la traducción de páginas web de e-commerce. La mayoría de los internautas solo realizan compras en páginas web que transmiten confianza y, para ello, es esencial que la calidad del escrito sea infalible. Un traductor profesional y nativo sabrá producir una traducción natural para que tus visitantes tengan la impresión de navegar en una página web de su país de origen.
La traducción automática puede convertirse en un verdadero peligro para tu empresa ya que la mala calidad de la traducción hará huir a tus potenciales clientes extranjeros y producirá el efecto contrario al que buscabas, generando repercusiones considerables en tu tasa de conversión.
La traducción automática no es una opción: escoge un traductor profesional que sabrá orientar la traducción de tu página web de forma que mejore tu posicionamiento y aumente tu tasa de conversión a nivel internacional.