El sector financiero está en constante evolución y está experimentando muchos cambios desde hace algunos años. Todo ello se debe sobre todo a las nuevas tecnologías que van surgiendo con el paso del tiempo. Podemos tomar como ejemplos las «fintech» y las «blockchain».
Para entender mejor estos dos casos, veamos las definiciones de ambos términos. La «fintech» designa a las pequeñas empresas que proporcionan servicios financieros gracias a soluciones innovadoras, lo que engloba varias áreas: pago con el móvil, seguros y créditos, asesoramiento financiero online… La tecnología «blockchain», por su parte, permite llevar un seguimiento de todas las transacciones realizadas y, por ejemplo, permite a los usuarios de una red validar las operaciones financieras a distancia sin que tenga que intervenir una tercera persona.
Debido a todos los ámbitos que puede llegar a abarcar el sector financiero, la traducción financiera es una tarea sumamente difícil. Las finanzas son un campo que se compone de nociones y de un vocabulario complejo que no para de desarrollarse y de evolucionar con el tiempo. Dentro de la traducción financiera podemos encontrar varios tipos de documentos: informes financieros, documentos relativos a empresas, balances contables, análisis financieros y bursátiles, y diferentes tipos de actas. Los traductores financieros deben estar al corriente de la evolución del sector financiero para comprender plenamente los documentos que los clientes necesitan traducir.
La traducción financiera es un trabajo complejo que implica cierto dominio por parte de los traductores que se dedican a ella. En comparación con otras particularidades de la traducción de documentos, tiene unas características muy propias que requieren que el traductor sea un profesional en la materia.
Competencias específicas
Los traductores que trabajan con este tipo de documentos deben tener las competencias específicas del sector de actividad en el que se desenvuelven. Conocer con exactitud el lenguaje propio del campo de las finanzas no es suficiente para traducir estos documentos.
Es más que necesario tener un profundo conocimiento del ámbito financiero; para los traductores es absolutamente indispensable comprender los documentos que tienen que traducir.
Los documentos y los contenidos que se traducen en este sector son muy variados: informes de actividades, análisis bursátiles, documentos bancarios, informes de auditorías… Por otro lado, hay que tener en cuenta que no solo es el contenido financiero el que es variado, sino también los temas que se abordan, lo que no facilita la tarea.
Así pues, además de ser expertos en el ámbito financiero, los traductores tienen que estar especializados en los temas que se tratan en los documentos que hay que traducir.
Una de las particularidades más obvias de este sector es el lenguaje que emplea. En las finanzas hay muchos elementos multilingües, lo que precisa que los traductores sean polivalentes en varias lenguas. Los anglicismos están muy presentes, por lo que es necesario saber interpretarlos y adaptarlos al sistema financiero del idioma meta, el cual hay que respetar para que el documento traducido no pierda coherencia y tenga sentido.
Los traductores tienen que adaptar estos elementos multilingües a la lengua meta y, si no es posible, dejarlos tal cual en el documento traducido. Por ello, es imprescindible que tengan un amplio conocimiento del campo léxico de las finanzas y de la frecuencia de uso en su contexto.
Además, los traductores deben tener en cuenta al público meta del documento. Así, por ejemplo, la traducción de un documento financiero es diferente dependiendo de si va dirigido a un profesional o un particular, ya que el conocimiento que tiene cada uno sobre ciertos temas relacionados con las finanzas no es el mismo. El uso y la comprensión de los términos bursátiles no es igual para un lector que para otro, por lo que los traductores deben saber cómo adaptar la traducción cuando va dirigida a un particular.
Es fundamental que los traductores traduzcan correctamente, sobre todo los números. Tomemos como ejemplo un documento de una empresa francesa en el que aparecen cifras en euros, y para el que el traductor tendrá que traducir la moneda al país meta. Si la empresa quiere establecerse en Estados Unidos, por ejemplo, habrá que convertir las cifras a dólares.
La forma de escribir las fechas, las cifras y los números varía según el idioma y el país. Los traductores deben saber adaptarse al país de su interlocutor para no crear confusión. Por ejemplo, en el caso de las cifras, la manera de separar los millares es diferente según el país; y lo mismo ocurre con las fechas, cuyos elementos no suelen colocarse en el mismo orden.
Estar al día de la evolución del sector
Todos los sectores de actividad están en constante evolución y experimentan muchos cambios. No obstante, los cambios pueden ser más lentos o más rápidos según el ámbito y la especialidad de cada cual.
El campo financiero, por su parte, está en una constante y rápida evolución, por lo que los traductores deben estar siempre atentos a lo que va ocurriendo para mantenerse informados y al día. La traducción financiera requiere estar al corriente de los sectores económicos y financieros, pero también del jurídico.
La desinformación y la falta de seguimiento de los cambios que experimentan los mercados financieros pueden dar lugar a traducciones erróneas e inservibles y, por tanto, ocasionar graves consecuencias —a veces irreversibles—, lo que haría que el documento traducido perdiera toda validez legal.
Respetar las estrictas normas de confidencialidad
La traducción financiera abarca un ámbito y unos datos especialmente sensibles, y los traductores deben respetar de forma obligatoria y estricta las normas de confidencialidad impuestas por el sector.
Por este motivo, no es raro que los traductores que trabajan para agencias de traducción estén sujetos a cláusulas de confidencialidad, e incluso a una mayor seguridad informática.
Respetar el rigor propio de la traducción financiera
Traducir documentos financieros conlleva cierto rigor. Además de ser estrictamente fieles al contenido al traducirlo, los traductores deben aplicar ciertas normas de presentación y de ergonomía en función del tipo de documento.
Para ello es indispensable dominar las herramientas de edición y de publicación, de manera que los traductores deben poseer también estas destrezas.
Traductores financieros, traductores polifacéticos
Para no vulnerar al mundo global de la traducción de documentos, los traductores deben asumir varias tareas.
Por un lado, deben tener las competencias suficientes para comprender y analizar el sector financiero y traducir los documentos correctamente, con discreción y rigor. Por otro lado, deben dominar las herramientas del sector de la traducción.
Traducción de documentos muy variados
El sector financiero es muy amplio y abarca documentos muy variados. Es fácil que las empresas, y también los particulares, necesiten traducir a diario documentos financieros. Ya se trate de documentos relacionados con la bolsa, la contabilidad o los bancos, a veces es necesario e imprescindible recurrir a un traductor financiero para cumplir con las exigencias del sector de las finanzas. Los traductores financieros pueden traducir varios tipos de documentos:
- informes anuales o semestrales de una empresa;
- notificaciones financieras;
- balances;
- actas de asambleas generales;
- estatutos;
- extractos K-bis;
- convocatorias de juntas de accionistas;
- auditorías;
- contratos de inversión;
- documentos contables de una cesión, etc.
Existen muchas soluciones para conseguir una traducción financiera correcta y fiel. En primer lugar, es evidente que la traducción de documentos financieros debe confiarse a traductores que estén especializados en el ámbito de las finanzas y en el tema que se trate en los documentos.
Además, cada vez es más recomendable elegir a traductores nativos del país meta, es decir, del país para el que se traduce el documento. Esto presenta muchas ventajas: el traductor traduce en su lengua materna, lo que evita varios errores; además, tiene un conocimiento profundo de la terminología que debe emplearse para conseguir una traducción adecuada para su sistema jurídico y financiero.
Por último, puede ser interesante pedir a una tercera persona que lea la traducción financiera para corregir posibles errores de traducción que pueda haber. Es recomendable volver a leer el texto antes de enviar el documento traducido al cliente.